En primer lugar, debe quedar claro que ni la gramática ni el léxico son un objetivo por sí mismos para aprender cualquier idioma. Tanto la una como el otro son herramientas necesarias para alcanzar nuestra meta, que es la comunicación. Además de estos dos aspectos, un elemento fundamental en la comunicación es el uso correcto y variado de marcadores discursivos.
Definición de los marcadores del discurso
Los marcadores del discurso son palabras o expresiones invariables, sin ninguna función gramatical dentro de la oración, que guían la comunicación y le dan al mensaje un alto grado de fluidez y de cohesión.
Son importantes porque ayudan a interpretar de una manera más precisa el mensaje y también porque son una clara muestra de la capacidad del hablante para seleccionar su lenguaje en función de la situación comunicativa, del medio del discurso (oral o escrito) y del tipo de mensaje.
Por otro lado, a nivel más práctico, los estudiantes de español deben saber que el correcto uso de los marcadores del discurso es uno de los aspectos a los que se les da mayor importancia en las pruebas de expresión, tanto oral como escrita, de los exámenes DELE.
Dependiendo del tipo de marcador, unos se integran en la frase y no necesitan ninguna pausa ni entonación especial (como por ejemplo las conjunciones y, pero o porque). Sin embargo, la mayoría de ellas sí que forman una unidad independiente de la entonación de la frase, de modo que irán separadas mediante una coma o una pausa en el habla.
Clasificación de los marcadores del discurso
Los marcadores del discurso se clasifican en cinco grandes grupos, según su función en el mensaje:
- Conectores: contribuyen a la unidad del argumento relacionando una parte con la anterior.
- Estructuradores: organizan la información del discurso.
- Reformuladores: presentan una parte del mensaje de una manera más adecuada a como se ha hecho anteriormente.
- Operadores discursivos: matizan el alcance del significado de aquello que se dice.
- Controladores del contacto: reflejan la relación entre los participantes de una conversación.
La mayoría de estos marcadores pueden presentarse tanto en un monólogo, oral o escrito, como en una conversación entre dos o más hablantes. Además, cuando veamos cada tipo de marcador indicaremos cuáles son más adecuados para un registro formal y cuáles para uno informal o familiar.
CONECTORES
Los conectores contribuyen a la unidad del discurso, relacionando un elemento del mensaje con otro anterior. Gracias a los marcadores de conexión, el mensaje resulta más claro y rico. Existen cuatro tipos de conectores:
Aditivos:
Los conectores aditivos unen una parte del discurso a otra anterior, con la que comparte la misma orientación. Los más importante son: y, además, encima, incluso o de igual modo.
- Hoy he tenido un día duro en el trabajo, y encima al llegar a casa me he dado cuenta de que había olvidado las llaves dentro.
- Los de marketing están trabajando en una estrategia para aumentar las ventas. De igual modo, el equipo de atención al cliente está enfocado en mejorar la calidad del servicio.
Justificativos:
Presentan una parte del mensaje como la causa o la justificación de otra, anterior o posterior. Algunos ejemplos de estos conectores son: porque, es que, puesto que o dado que.
- Mi empresa ha decidido implantar permanentemente el teletrabajo, dado que ha dado tan buenos resultados.
Consecutivos:
Presentan una parte del mensaje como consecuencia de lo anterior. Algunos de los más comunes son: entonces, pues, así que, por tanto, por consiguiente, en consecuencia o de ahí que. Este tipo de conectores es muy extenso y trataremos de ellos en otra entrada de este blog.
- Pensé que estarías durmiendo, de ahí que no te llamara para ir con nosotros.
Contraargumentativos:
Estos conectores expresan un contraste, una matización o una oposición a lo que se ha dicho antes. Los más destacados son: pero, sin embargo, en cambio, por el contrario, no obstante o eso sí.
- Hay gente que cree que los gatos son independientes y ariscos. Por el contrario, son unos animales muy amistosos.
ESTRUCTURADORES DE LA INFORMACIÓN
Regulan la organización y la estructura de la información en el discurso. Los estructuradores se dividen en comentadores, ordenadores y digresores. Vamos a ver para qué se utiliza cada uno de ellos:
Comentadores:
Presentan una información como un comentario a algo que se ha dicho previamente. Algunos muy habituales en la lengua hablada son: pues y pues bien. Más propio de una lengua formal es el marcador dicho esto.
- Dicen que no puede entrar más gente. Pues bien, haremos nuestra propia fiesta.
Ordenadores:
Estructuran la información en una secuencia, de manera que todas las partes formen parte de una unidad dentro del mensaje. Algunos ejemplos de estos marcadores son: en primer lugar, en segundo lugar, en tercer lugar…, por una parte… por otra parte…, por un lado… por otro…
- Por un lado, tenemos a las personas que se preocupan por todo. Por otro, aquellos a los que nada les quita el sueño.
Digresores:
Introducen una información nueva, sin más relación aparente con la anterior que el hecho de que la primera provoca, por algún motivo, la aparición de la segunda. Son apropiados tanto para un discurso formal como para uno informal. Algunos ejemplos son: por cierto, a propósito y a todo esto.
- Bueno, pues ya hemos terminado esta parte del trabajo. A todo esto, ¿se ha enviado ya la documentación para la reunión de mañana?
REFORMULADORES
Presentan el elemento al que introducen como una expresión más adecuada de algo que el hablante quería decir con la frase anterior. Permiten desde dar un significado más preciso o decir algo de otra manera, hasta rectificar lo que se ha dicho previamente.
Explicativos
Presenta una aclaración de lo que se quería decir en la parte anterior del mensaje. Algunos ejemplos propios de la lengua formal son: es decir, a saber y esto es. Más propio de la lengua coloquial es el marcador o sea.
- El otro día adquirí en un mercadillo un viejo picú, esto es, un tocadiscos portátil antiguo.
De rectificación
Corrigen lo que se ha dicho anteriormente porque se considera que es incorrecto o no completamente exacto. Entre estos marcadores tenemos: mejor dicho o más bien. Muy frecuentes en la lengua coloquial son: digo, o quería decir.
- El restaurante no es caro. Mejor dicho, sí que lo es, pero no para la enorme calidad de su comida.
De distanciamiento
Indica que lo que se ha dicho no es muy importante para el mensaje total del discurso. Algunos de estos marcadores son: en cualquier caso o en todo caso. Muy frecuente en la lengua hablada es el marcador: de todos modos.
- No creo que pueda ir a la cena. De todos modos, no creo que vaya nadie que me apetezca ver.
Recapitulativos
Introducen una conclusión a lo dicho antes. Esta conclusión puede ir en el mismo sentido que lo anterior. Algunos ejemplos para un registro formal son: En conclusión, en suma o en resumen; más adecuados en un registro coloquial son: total o en fin, que.
- Ayer me levanté un poco enferma y tuve muchísimo trabajo. Total, que fue un día para olvidar.
Otros marcadores recapitulativos, sin embargo, puedes resumir lo anterior con algún tipo de oposición a lo que se ha dicho. Por ejemplo: al fin y al cabo o en definitiva.
- No me importa el resultado final del concurso. Al fin y al cabo lo importante es participar.
OPERADORES ARGUMENTATIVOS O DISCURSIVOS
Estos marcadores matizan o modifican el alcance del mensaje en el que están incluidos, pero sin relacionarlo con el significado de lo que se ha dicho antes. Existen tres tipos de operadores discursivos:
De refuerzo argumentativo:
Refuerza la validez de lo que se dice, frente a cualquier otra posibilidad. Los operadores más comunes son: en realidad, en el fondo, de hecho y sin duda. Este último es más propio de un nivel formal de la lengua.
- El nuevo plan de estudios no es muy diferente al anterior. De hecho, es una simple actualización de los contenidos.
De concreción o ejemplificadores
Introducen una información como un ejemplo o concreción de una generalización. Algunos de los ejemplos más frecuentes en la lengua hablada son: por ejemplo, en especial y en concreto. Entre otros más propios de un nivel formal de la lengua tenemos: pongamos por caso o verbigracia.
- Imagina que alguien, tu mujer pongamos por caso, decide cómo debes ir vestido todo el día. ¿Qué harías?
De tematización
Seleccionan el tema o asunto del que se va a tratar a continuación. Los más habituales son: respecto a, a propósito de y en cuanto a:
- Ya han llegado los resultados de mi análisis médico y, con respecto a eso, creo que voy a hacer grandes cambios en mi estilo de vida.
MARCADORES CONVERSACIONALES
Estos marcadores reflejan la relación que existe entre las personas que participan en una conversación. Es por esto que son más propios de la lengua hablada que de la escrita. Indican diferentes tipos de relación:
De evidencia:
Expresan la evidencia o la confirmación de lo que la otra persona ha dicho. Algunos ejemplos: claro, desde luego, sin duda y por supuesto.
- Desde luego tu padre no es la persona más habladora del mundo, ¿verdad?
Fuente del mensaje:
Presentan una información como algo que no se sabe con certeza o no de primera mano. Algunos ejemplos son: por lo visto, al parecer y según parece.
- He comprado un detergente que, por lo visto, es el mejor que hay hoy en día.
De interacción:
Se usan para mantener y asegurar la comunicación con el interlocutor. entre estos marcadores tenemos, por ejemplo: ¡mira/e!, ¡oye/oiga!, ¿no?, ¿verdad? o ¿eh?
- Yo siempre he querido vivir en el campo, ¿verdad? No es una tontería que se me acaba de ocurrir ahora.
Metadiscursivos:
Se utilizan, normalmente de manera inconsciente, para rellenar las pausas que se puedan producir en una conversación. Por ejemplo: bien, eh…, vale o bueno…
- ¿Que a qué me dedico por las tardes? Eh… pues la verdad es que no hago mucho. Bueno, vale, a veces voy a jugar al voley con unos amigos.