La transcripción y el material de trabajo solo están disponibles para los suscriptores premium. Si quieres acceder a este contenido contrata nuestra suscripción premium.
En este episodio Roi y Paco hablamos sobre meteduras de pata, sobre equivocaciones que a veces cometemos. Muchas gracias por escucharnos, si quieres acceder a ventajas y apoyar este podcast hazte suscriptor premium en: www.hoyhablamos.com
Transcripción del audio
Hoy Hablamos, episodio 1073. Meteduras de pata.
Bienvenido a Hoy Hablamos, el podcast diario para aprender español.
Hola, ¿qué tal, amigos y amigas?, ¿cómo va todo? Espero que todo os vaya genial. Hoy es viernes así que tenemos dos episodios.
En el episodio del podcast premium de hoy Samuel y yo hablamos sobre la jubilación, cómo vemos este tema tan lejano para nosotros y qué nos gustaría hacer cuando nos jubilemos. Para escuchar ese episodio, hazte suscriptor premium en: hoyhablamos.com
Ahora, en este episodio del podcast diario, Paco y yo vamos a hablar sobre algunas meteduras de pata que hemos cometido en el pasado, como confundir la capital de Marruecos.
Hoy hablamos de meteduras de pata.
El resto de la transcripción solo está disponible para los suscriptores premium. Si quieres acceder a este contenido contrata nuestra suscripción premium.
Yo metí la pata con el mal uso del español:) Llevaba muy poco tiempo en España y confundía todavía algunas palabras. Me parece que llegué a Cádiz en marzo y en abril se celebraba la Semana Santa. Ya que no se celebra igual que en mi país, todas esas procesiones me impactaban, y me daban incluso un poco de miedo. Recuerdo que quedé con un amigo el jueves santo para que me guiara por las calles de la ciudad y enseñara los pasos. Ese día las procesiones iban en silencio y con la luz apagada. Yo ya tenía los escalofríos por todo el cuerpo y cuando vi el paso con el Cristo muerto aparecer de la oscuridad quise decir: “¡que miedo!”, pero en vez de esto dije: “¡que mierda!”. Mi amigo no sabía dónde meterse, porque en aquel silencio atronador mis palabras sonaron como un grito. Me sacó de repente del sitio y me explicó mi error. ¡Que metedura de pata! Obviamente yo no quise insultar a nadie, pero creo que los gaditanos lo entendieron y solo pensaron por dentro: estos guiris..
Supongo que nunca más vas a cometer este error Anna 😉