En el episodio de hoy hablaremos de un fenómeno que ocurre con los productos, sobre todo con los productos tecnológicos. Os presentamos la obsolescencia programada, la cual hace que los productos se estropeen después de un tiempo determinado.
Transcripción
Hoy Hablamos, episodio 197. La obsolescencia programada.
[Música introducción]
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Hola a todos y bienvenidos un viernes más a un nuevo episodio de nuestro podcast. Tu podcast y cada día el de más gente. Antes de todo, os queremos dar las gracias por la gran acogida que están teniendo nuestros canales de Youtube y Facebook. Gracias de nuevo. Dicho esto, empezamos un nuevo episodio de variedades. Un episodio en el cual vamos a hablar del porqué muchos productos se rompen o pasan de moda tan pronto. Esperamos que os guste.
Hoy hablamos de la obsolescencia.
[Música post-introducción]
¿Qué es?
¿Te has comprado algo nuevo y se te ha roto a los pocos meses? No, no eres un torpe, un “manazas” o un gafe. No, no es tu culpa, al menos en la mayoría de ocasiones. O, ¿te has comprado un teléfono móvil y a los pocos meses has tenido la sensación de que ya “está viejo”? Sí, seguro que sí, y eso es algo que a mí también me ha pasado. Pues bueno, evidentemente ahí pasa algo y ese algo se llama obsolescencia. Obsolescencia. Esa es la causante de que muchos productos se rompan antes de tiempo, funcionen mal o los consideres como viejos aunque los hayas comprado hace unos meses.
De la palabra obsolescencia viene precisamente el adjetivo obsoleto. No sé si lo has oído en alguna ocasión. Algo obsoleto es algo anticuado o inadecuado a las circunstancias, modas o necesidades. Sabiendo esta definición podemos hacernos una idea de lo que estamos hablando.
Por ejemplo, actualmente, las máquinas de escribir están obsoletas. Con la llegada de los ordenadores, una herramienta que mejoraba a la máquina de escribir, estas máquinas se quedaron obsoletas en poco tiempo. Este es un caso de obsolescencia. Sí, este es un caso digamos que positivo. ¡Qué haríamos hoy en día sin ordenadores! Es un caso de obsolescencia bueno y que permite el avance de la sociedad.
Sin embargo, la gran mayoría de los casos no son tan positivos. Muchos productos, sobre todo tecnológicos, están pensados y diseñados para quedarse obsoletos en poco tiempo. ¿Para qué? Pues es bastante sencillo, el motivo de esta obsolescencia es para que tengamos que comprar otro producto y gastemos más dinero. Injusto, ¿verdad? Lo cierto es que pocas empresas se salvan. La mayoría programa sus productos para que que tengan una vida útil limitada… vaya, para que duren poco.
Tipos de obsolescencia
A esta limitación de la vida de los productos se le conoce como obsolescencia programada u obsolescencia planificada. También, como verás en unos segundos, existe la obsolescencia percibida.
Planificada
Veamos primero la obsolescencia programada. Esta es una estrategia comercial que tiene como objetivo vender más productos limitando la vida de sus productos. Por ejemplo, hay impresoras que dejan de imprimir cuando llegan a un número determinado de impresiones. Y no, eso no es casualidad. Están programadas para que cuando lleguen a esa determinada cantidad dejen de funcionar.
Algo parecido pasa con las lavadoras. Hay algunas lavadoras que se estropean cuando llegan a un número determinado de lavados. Y claro, hay que llamar al técnico para que la repare y es cuando te das cuenta de que cuesta lo mismo repararla que comprar una nueva. Esto también sucede con las televisiones. Tras un determinado número de horas, hay televisiones que dejan de funcionar, que dicen basta.
Vale, dirás… pues utilizo la garantía. El problema es que “casualmente”, estas averías suelen ocurrir un tiempo después de que el tiempo de la garantía se haya acabado. ¡Qué casualidad!
También podrás pensar: “no vuelvo a comprar esa marca”. Es una opción, sí. La cuestión es que vas a comprar otro producto de una marca diferente y vas a tener el mismo problema con el paso del tiempo. Y es que casi todos los productos de hoy en día tienen una vida útil muy limitada.
Aiiiss si Thomas Edison levantara la cabeza… Hay que recordar que después de más de 100 años, algunas de sus bombillas aún siguen encendidas. En cambio, la bombillas que tenemos en nuestras casas dejan de funcionar después de X años. Claro, no es casualidad. Si las bombillas actuales funcionaran durante más de 100 años, ¿quién necesitaría más bombillas? Las empresas fabricantes de bombillas tendrían que cerrar o tendrían que dedicarse a otra cosa.
Percibida
Bueno, pues este es un tipo de obsolescencia, la obsolescencia programada. Ahora te quiero hablar de otra muy popular: la obsolescencia percibida. Y esta guarda relación con la moda y con los caprichos. Aquí, los fabricantes, invitan a los consumidores a comprar sus últimos productos. ¿Por qué? Pues porque si no lo hacen no van a ir a la moda.
Esta obsolescencia se suele ver en la ropa, en los móviles, en los coches… Por ejemplo, una marca de coches saca al mercado un nuevo modelo. Como es lógico, algunas personas deciden comprarlo. Pues bien, resulta que esa marca, al cabo de un año o así saca el mismo modelo de coche pero un poco mejorado -digamos que una nueva versión-. Y claro, ahí llega este tipo de obsolescencia. El usuario que compró el modelo anterior va a pensar que aunque adquirió su coche hace un año, ya no tiene el último modelo. Por lo tanto, su coche ha pasado de moda. Su coche, a pesar de ser nuevo, ya está anticuado y, quizá con el paso del tiempo piense en comprarse la última versión.
Otro ejemplo muy claro son los móviles. Hace 10 años, antes de los móviles inteligentes, la gente cambiaba de móvil cada 4 o 5 años. Ahora es normal cambiar de móvil una vez al año o cada dos años. Los fabricantes de móviles presentan un nuevo modelo cada año, haciendo que el modelo anterior se perciba como obsoleto, como antiguo.
Este tipo de obsolescencia, la obsolescencia percibida, afecta a la necesidad que tienen los consumidores de sentirse aceptados y de sentir que van a la última moda. Es decir, es una táctica de las empresas para apelar a la emoción del consumidor y hacer que así compre un nuevo producto. Si sentimos que nuestro móvil está anticuado pues nos da un poco de pena, nos pone un poco tristes y, al final, decidimos comprar uno nuevo porque sentimos que este teléfono ya no funciona tan bien como antes. Aunque en realidad siga funcionando igual de bien.
¿Por qué seguimos comprando?
Este tipo de pensamiento está íntimamente relacionado con el consumismo. Muchas veces, compramos cosas que no necesitamos. Y es entonces cuando empieza el famoso círculo vicioso de comprar, tirar, comprar… que realmente no acaba nunca.
Lo ideal es comprar cosas que necesitamos. No obstante, algunas veces nos dejamos empujar por las marcas y compramos cosas que están de moda. También nos dejamos empujar por la sociedad. Tener algo viejo algunas veces está mal visto. No sé si conoces a alguien que aún no tenga un teléfono inteligente, porque yo la verdad es que no conozco a nadie.
Muy relacionado con esto tenemos la filosofía de vida del minimalismo. Hablamos de este tema en un episodio pasado, en el episodio 47, uno de nuestros primeros episodios. Ha pasado bastante tiempo desde ese episodio, pero la filosofía sigue siendo la misma.
El minimalismo sirve para evitar esta obsolescencia percibida. Con el minimalismo solo compramos las cosas que realmente necesitamos. Y también compramos una cantidad limitada de estas cosas, es decir, lo estrictamente necesario para vivir. Gracias a esto, hacemos que las modas y los nuevos productos no modifiquen nuestras necesidades reales.
¿Es ético?
Por último, respondamos a una pregunta muy sencilla: “¿Todo esto es ético? ¿Es ético que las empresas programen sus productos para que dejen de funcionar? ¿Es ético que compremos cosas que no necesitamos?”
Para mí, la respuesta es obvia. Para mí no es ético. Por muchos motivos. Uno de ellos es el perjuicio que causamos al medio ambiente. Cada producto que se fabrica deja una huella en el medio ambiente. Otro es que los consumidores entran en una espiral de gasto sin control y a veces no se dan cuenta del dinero que malgastan. Aunque esto también es un tema personal de cada uno.
Bueno, no me voy a poner pesado con esto, está claro que estas prácticas no son muy éticas. Ni por parte de las empresas que programan sus productos ni por parte de los usuarios que a veces compramos cosas que no necesitamos.
De esta forma vamos llegando a la recta final del episodio de hoy. Si tenéis alguna duda, alguna pregunta o alguna sugerencia podéis escribirnos un comentario en nuestra página web: hoyhablamos.com. Estaremos encantados de leeros.
Y aquí acabamos, nos ayudarías mucho dejando una valoración de 5 estrellas en iTunes . Y recordad que podéis consultar la transcripción completa de este podcast en nuestra página web.
Muchas gracias por escucharnos. Volvemos el lunes con un nuevo episodio de nuestro tema del mes. Y ojo, porque os traemos un tema del mes muy candente.
Pasad un buen día, un buen fin de semana y, ¡hasta el lunes!